Volviendo a casa del trabajo. Cruzando el paso de peatones.
Un coche gris viene frenando, de pronto acelera
y el tiempo se para.
El neumático te aprisiona el pie contra el asfalto,
la carrocería contra el costado,
un giro rápido te salva del retrovisor.
Te vuelves a tiempo para ver a la gente sorprendida,
el coche se va.
El corazón vuelve a latir,
y la vida sigue...
martes, 29 de diciembre de 2009
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Si la rueda del coche te pasó por encima del pie, ¿tienes que tenerlo destrozado, no?
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